Leon Golub / Exposición Reina Sofía
Mayo / Septiembre 2011
La obra de Leon Golub (Chicago, 1922- Nueva York, 2004) presenta un reto al modelo dominante de desarrollo del arte después de 1950. Ajeno a la experimentación de los medios que ha caracterizado la producción artística de estas décadas, su trabajo plantea una renovación pictórica en la que géneros que se pensaban agotados, como la pintura de historia o el retrato, vuelven a tener una capacidad expresiva y crítica inesperada. Su evolución resulta por igual un tanto paradójica, motivando que el debate entre abstracción y figuración deje de tener sentido: su estancia en París junto a su compañera, la artista Nancy Spero, desarrollada entre finales de los cincuenta y principios de los sesenta, se caracteriza por seguir las pautas del informalismo abstracto de Michel Tapié o de Jean Dubuffet, evolucionando hacia espacios en los que la obra progresivamente va ocupando el realismo más traumático.
El escenario político internacional del momento, caracterizado por la brutalidad de hechos como la guerra del Vietnam, el apartheid sudafricano o las consecuencias de los deseos imperialistas, reverbera en la pintura de Golub como si se tratara de un murmullo imposible de silenciar. Es más, no se produce el aislamiento de la sociedad y del clima político, propio de la tradición pictórica moderna, sino todo lo contrario, apareciendo así constantes alusiones en sus pinturas a personajes, sucesos políticos y sociales concretos.
En una ocasión, Golub indicó que su obra era la invitación a un lugar en el que nadie querría estar, dando por sentado que sus cuadros ponen al espectador delante de una situación que le convierte en un testigo o cómplice cuya mirada es devuelta por los personajes que ejercen dolor. El vínculo entre verdugo y espectador transforma todo acto violento en el cuestionamiento de la incapacidad de acción que se asume en la retórica visual contemporánea.
Esta exposición reúne las obras más destacadas del artista, proponiendo una lógica sensible que caracteriza el conjunto de toda su producción artística. Organizada en torno a la paradigmática Vietnam II (1973), la exposición muestra otras etapas no tan conocidas, como su primera fase informalista, las esfinges realizadas en los cincuenta, las pinturas de napalm de los sesenta, los retratos de dictadores y políticos -entre ellos Franco- o sus mercenarios e interrogatorios, reflejando así la compleja obra de Leon Golub.