Alexandre Cabanel
Alexandre Cabanel (Montpellier 28 de septiembre de 1823 – París 23 de enero de 1889). Pintor francés.
Alumno de François-Édouard Picot en la École des Beaux-Arts, ganó una segunda medalla en el Salón de Roma en 1845 y residió durante cinco años en la Villa Médicis. La fama le llegó con su lienzo Naissance de Vénus (el nacimiento de Venus), que fue adquirido por el emperador Napoleón III en 1863. Ese mismo año, fue nombrado profesor en la École des Beaux-Arts y fue elegido miembro de la Académie des Beaux-Arts. Entre 1868 y 1888, fue en 17 ocasiones miembro del jurado del Salón de París, en el cual le fue concedida la medalla de honor en 1865, 1867 y 1878.
Pintor de historia, de género y retratista, su obra evolucionó con los años hacia temas románticos, tales como Albaydé, inspirado en un poema de Orientales de Victor Hugo. Su obra fue especialmente conocida y reclamada por los coleccionistas internacionales y por las instituciones, y fue uno de los artistas preferidos de los emperadores Napoleón III y Eugenia de Montijo. Artista contrario al Naturalismo y al Impresionismo, y en particular enemigo de Édouard Manet, fue criticado a su vez por Émile Zola y los naturalistas, así como por todos aquellos que defendían la emergencia de un arte menos galante y más social y exigente.
Alexandre Cabanel fue un importante maestro, y tuvo como alumnos, entre otros, a Jean-Joseph Benjamin-Constant, Albert Besnard, Vlaho Bukovac, Charles Bulteau, Gaston Bussière, Louis Capdevielle, Eugène Carrière, Fernand Cormon, Pierre Auguste Cot, Édouard Debat-Ponsan, Émile Friant, Pierre Fritel, François Guiguet, Jules Bastien Lepage, François Flameng, Charles Fouqueray, Henri Gervex, Simó Gómez, Charles Lucien Léandre, Henri Le Sidaner, Aristide Maillol, Édouard-Antoine Marsal, Fernand Pelez de Cordova, Henri Regnault, Louis Royer, Jean-Jacques Scherrer, Joseph-Noël Sylvestre, Paul Tavernier, Étienne Terrus, Adolphe Willette, Edmond Borchard, Rodolfo Amoedo yAlmeida Júnior.
La Naissance de Vénus [El nacimiento de Venus]
El Nacimiento de Venus fue uno de los grandes éxitos del Salón de 1863 donde fue adquirido por Napoleón III, para su colección personal. Cabanel, pintor colmado de recompensas, desempeña entonces un gran papel en la enseñanza de Bellas Artes y en la dirección del Salón. Su virtuoso dominio de la técnica hace que esta pintura sea un ejemplo perfecto del arte que gustaba entonces, tanto al público como a las instancias oficiales. En el espíritu ecléctico del Segundo Imperio, aquí mezcla las referencias a Ingres y a la pintura del siglo XVIII.
Cabanel reutiliza un famoso episodio de la mitología de la Antigüedad: Venus, al nacer, fue depositada en una playa por la espuma del mar. Este tema, que tuvo mucho éxito en el siglo XIX, proporciona a algunos artistas la oportunidad de abarcar el erotismo, sin chocar al público, gracias a la coartada de un tema clásico. Para Cabanel, la mitología sirve, en efecto, de pretexto para abarcar el desnudo, cuya idealización no excluye la lascividad. Emile Zola denuncia la ambigüedad de esta representación: “La diosa, ahogada en un río de leche, parece una deliciosa ramera, no en carne y hueso – esto parecería indecente – sino en una especie de mazapán blanco y rosa». El escritor denuncia el uso de una gama de colores pálida, lisa y nacarada.
El mismo año, la Olympia de Edouard Manet provoca un escándalo. El tema de ambos lienzos es idéntico: una mujer desnuda tumbada. Pero la tranquila confianza con la que el personaje de Manet fija al espectador parece mucho más provocadora que la lánguida pose de la Venus de Cabanel.
Obras