Estos dos episodios cuentan cómo se llevó a cabo el gran robo de todos los tiempos y cómo muchas de esas obras expoliadas han conseguido sobrevivir y volver a manos de sus dueños.
Durante los años 30, hasta que finalizó la guerra, los nazis se dedicaron, entre otras cosas, a robar y apropiarse de las obras más importantes de la historia. Primero, se quedaron con todos los tesoros de las familias judías que eran recluidas en los capos de concentración, y seguidamente, comenzaron a expoliar las obras artísticas de los países que se iban anexionando a la dictadura del III Reich.